Rebeca – Daphne du Maurier

Martin A. La ReginaRebeca, escrita por Daphne du Maurier y publicada en 1938, es “un estudio sobre los celos” según su propia autora. Rebeca nos cuenta cómo una joven inexperta y tímida se enamora y se casa con un rico terrateniente inglés que podría ser su padre —Maxim de Winter—. Es el segundo matrimonio de de Winter y el fantasma de su primera mujer, muerta en circunstancias extrañas, parece habitar todavía Manderley, la mansión familiar, atormentando a la joven novia. La protagonista siente que no está a la altura de las virtudes de la fallecida Rebeca y tanto la familia y amigos de su marido como los propios criados, coinciden en ese sentimiento. Especialmente la que un día fue doncella de Rebeca, la señora Danvers, que hará que la vida de la nueva Lady de Winter sea todavía más incómoda si cabe.

Las comparaciones odiosas comienzan por el aspecto físico. Todo el mundo recuerda a la joven sustituta, en varias ocasiones, la belleza de Rebeca: su cuñada, su suegra, el secretario de de Winter y su propio marido. Hasta que ella misma acaba desesperada:

Rebeca, siempre Rebeca […] sus piernas largas y delgadas, sus pequeños pies […] con manos que podían manejar un barco, sostener unas riendas […]. También conozco ya su cara, pequeña y ovalada, su piel clara y su mata de pelo oscuro […] Rebeca… nunca podré librarme de ella.

Sobre todo cuando la joven novia se ve a sí misma como una “ex colegiala de codos enrojecidos y pelo lacio”. […] “Qué blanca y delgada parecía mi cara en el espejo, con el pelo lacio y aplastado. ¿Así soy yo siempre? seguro que normalmente tengo más color . El reflejo del espejo, amarillento y poco atractivo, devolvía mi mirada”.

Aparte de esta descripción tan poco halagüeña, la protagonista deja caer sus guantes, se pierde en su propia casa y camina con los hombros encogidos demostrando poca seguridad, cosa que notan enseguida quienes la rodean. El ama de llaves, la señora Danvers, le reafirma su bajo estatus hiriéndola en su autoestima hasta niveles insospechados, comparándola como si fuesen el día y la noche. Danvers, que idolatraba a Rebeca no es capaz de admitir a la nueva señora de la casa, hará lo posible para recordarle que no es más que un segundo plato y que no podrá nunca sustituir a su antigua señora. Ni siquiera podrá hacerle la más mínima sombra.

Rebeca es una historia en la que el suspense y el romance se entrelazan para atrapar al lector. La obra es una de las más importantes de su generación. Este libro fue tremendamente innovador en su época por la forma en que la novela utiliza el lenguaje, mezclando lo intimista, el drama psicológico, la acción y la intriga a partes iguales, junto con una gran belleza literaria.

La novela que se publicó en 1938, tuvo dos años más tarde su adaptación para el cine de la mano de Alfred Hitchcock, con Laurence Olivier y Joan Fontaine como protagonistas.  Rebeca fue la ganadora del Oscar de aquel año, y en ella Hitchcock supo plasmar toda la intensidad de la vida atormentada de la protagonista.

 

Fragmento:

Menos mal que la fiebre del primer amor sólo se pasa una vez. Porque es una fiebre, y una carga también, digan los poetas lo que digan. A los veintiún años uno no es valiente. Está lleno de pequeñas cobardías, de miedos pueriles, infundados, y es tan fácil herirnos. ¡Se nos lastima con tan poca cosa! La más leve palabra espinosa se nos clava con crueldad. Hoy, arropada por la benévola armadura de una madurez que se aproxima, las diminutas punzadas cotidianas no arañan más que levemente y pronto se olvidan; pero ¡a aquella edad! ¡Cómo perdura el efecto de una palabra poco amable, dicha sin intención, hasta convertirse en un estigma imborrable! ¡Y cómo una mirada altanera se nos queda marcada en el alma como algo eterno!

 

Ligia Pérez de Pineda


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