La soledad de los números primos – Paolo Giordano

la-soledad-de-los-numeros-primosEn una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad.  Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43.  Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.

Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia.  Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.

La soledad de los números primos es la historia de dos seres que, a pesar de llevar vidas paralelas, marcadas por tipologías de idéntico carácter, muy aptos para una convivencia en común, mantienen una repulsión visceral, sin motivo aparente entre ellos. Alice es una chiquilla agobiada por las exigencias de su padre y que, en una excursión para hacer deporte esquiando, se deja caer por cierta senda en la que queda postrada esperando su final entre las nieves alejadas de toda visión. Mattia es un chiquillo con una hermana gemela, Michelle, que padece ciertos retrasos mentales. La vergüenza y aislamiento al que le someten sus compañeros de clase debido a su hermana le hacen tomar una decisión que le marcará toda su vida: la abandona en un banco al lado de un río en un bosque que, aun cercano a la casa, bien sabe que ella no sabrá volver sola. Estas actitudes de los dos niños, con el paso de los años, les sumergirán en unos caminos antisociales y de automarginación.

La gran narración que alberga esta obra no deja a nadie indiferente. Su comienzo, esos dos primeros capítulos pilares fundamentales del relato, en los cuales el autor se basa para el posterior desarrollo psicológico de los personajes son agobiantes y nos atrapan al instante. El entramado de la obra, en capítulos alternos en protagonismo de los personajes hasta la unión de sus vidas, nos deja expectantes respecto al despliegue de la acción. Y es a partir de este momento, y a lo largo de bastantes años con ciertas elipsis, en el que la novela, de título perfecto, nos arrolla y nos perturba como pocas. La analogía de las parejas de primos separados por un número par, que poco a poco, según vamos ascendiendo por la lista de los números naturales, son cada vez más distantes y raros de encontrar es perfecta. Es sublime. No puede haber un símil mejor para expresar la vida de estos dos seres.

Las vidas, irremediablemente conectadas pero al mismo tiempo separadas, de Mattia y Alice se nos desarrollan en diversos momentos temporales, en una vida nada fácil para ninguno de los dos, desde el suceso traumático que cada uno de ellos vivió en su infancia que marcará la trayectoria vital de ambos como un estigma, pasando por los difíciles momentos de la adolescencia, donde la crueldad sin límites de sus compañeros les pondrá en el borde del precipicio día tras día, hasta la llegada a la edad adulta en la que van tomando decisiones como pueden, a salto de mata, sobreviviendo, construyendo con retales el destino que en realidad no desean. Los protagonistas nos llevan, mediante una prosa excepcional,  sin casi pretenderlo, a su interior, dejándonos atisbar su inmenso sufrimiento, las causas básicas de un presente y de un futuro no elegido, sino encontrado, desembocadura  de los trompicones de sus extremas personalidades y de la suma del día tras días, de las palabras no dichas o, más concretamente, de la incapacidad de decirlas. Una novela sin concesiones, seca y brutal, con dos personajes extremos que en su exacerbada personalidad nos muestras trazos de la sociedad actual, implacable y cruel con los débiles o los diferentes.

Ligia Pérez de Pineda 


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