Duane Hanson, «Mujer en el supermercado». Fibra de vidrio, resina de poliéster, ropa, carro metálico, productos diversos, 1969

Julián González Gómez

Duane-Hanson-supermarketladyEsta imagen, colmada de humor sardónico, está dotada a la vez de una viveza tan lúcida y de un realismo tan crudo que nos puede provocar, o bien una sonrisa irónica, o tal vez una mueca de desagrado, o quizás ambas a la vez si esto es posible. Duane Hanson no escatimó ningún detalle para representar sin ambages a esta mujer gorda realizando una actividad que se antoja común en nuestra habitual rutina: la visita periódica al supermercado para comprar aquellos productos que son necesarios para alimentarnos, mantener la higiene, limpiar nuestra casa y darle de comer a la mascota.

La visión se nos antoja grotesca y vulgar, muy alejada de los modelos heroicos del pasado que presentan al ser humano en sus facetas más trascendentes, algo que desde el arte del realismo en el siglo XIX había sido dejado de lado para representar a la gente en tareas habituales, propias de su condición y cultura. Esta mujer es la anti-heroína por antonomasia. Aquí no hay espacio para la ensoñación ni para establecer ningún tipo de analogía por medio de la cual podamos realizar distintos tipos de lecturas. Esta es una de las condiciones más importantes del arte llamado hiperrealista, una versión del Pop en la cual se representa la realidad de una manera exacerbada, llena de detalles y de un realismo que va más allá de las posibilidades de la fotografía, en la cual se basa sólo como punto de partida. La mayor parte del arte hiperrealista, vigente desde mediados de la década de 1960, ha consistido en imágenes pintadas o aplicadas sobre distintos soportes en dos dimensiones.

Hanson practicaba el hiperrealismo en tres dimensiones, mediante un lenguaje que solo parcialmente podríamos llamar escultórico. Esta obra no pretende ser una representación y por ello no es exactamente una escultura. Al contrario, pretende ser la propia realidad, como si esta mujer y los objetos que la acompañan existiesen y de alguna forma se hayan detenido en el espacio y el tiempo para que los podamos apreciar o despreciar. También tal vez podemos eternizar en nuestra memoria esta imagen tal como lo hacemos con la vida misma y los sucesos que acontecen en ella. Arte y vida se pueden catalogar en un mismo esquema vivencial, tal y como admitía Josef Beuys por la misma época en la que fue hecha esta pieza.

Para el público en general, la visión de una obra de estas características puede provocar asombro por su realismo, pero recordemos que este realismo no es una copia de la realidad en sí, es, o por lo menos pretende ser, la realidad tal cual, una realidad en sí misma extraída de las imágenes mentales que nosotros asumimos como realidad. Además está afuera del contexto que podríamos asumir como el que debería ser común para tal imagen: un pasillo o una caja de un supermercado, o al menos su estacionamiento. Está expuesta en un ambiente neutro, el de una galería o un museo, está exenta de cualquier alusión a un contexto que no sea el de la exposición en sí y por ello, entre otras cosas, está aislada y por lo mismo se puede decir que, gracias a esta condición, se ha convertido en un ícono de múltiples connotaciones, característica que es también propia del arte Pop. La descontextualización permite visualizar nuevas relaciones entre lo que visualizamos y nuestros propios conceptos, que al fin y al cabo son ideas y pertenecen al ámbito de la mente consciente de cualquier individuo. Así esta imagen y su aparente realismo nos confronta y nos hace cuestionar nuestras creencias sobre la naturaleza de lo que consideramos como “realidad”, sin alusiones metafísicas o morales.

Duane Hanson perteneció a ese grupo de artistas cuya trayectoria temporal los ubicó en la transición entre la abstracción dominante en la década de 1950 y principios de la siguiente y el arte Pop, que subvirtió las bases de la creación artística, relegando al arte abstracto a un protagonismo menor en las galerías de Nueva York, su centro de difusión. Hanson, nacido en Estados Unidos, específicamente en Minnesota en 1925, era hijo de inmigrantes suecos. Recibió su educación artística en el Cranbrook Academy of Art en Bloomfield Hills, escuela de la que se graduó en 1951. Su trayectoria artística se inició con la elaboración de esculturas abstractas en diversos materiales, en concordancia con las tendencias más importantes en ese momento. Mediada la década de 1960 Hanson se decantó por la figuración, dejando de lado el arte abstracto. Sus obras empezaron a mostrar un realismo cada vez más patente, que se evidenció en esculturas a escala real de sucesos de gran impacto y brutalidad como un accidente de moto, abortos o un grupo de policías blancos golpeando salvajemente a un afro-americano. Se podría decir que su realismo pretendía abarcar tópicos delicados de gran controversia en su tiempo, no exentos de denuncia social. Pero el arte de Hanson dio un nuevo giro a partir de la elaboración de la imagen que aquí se presenta, la Mujer en el supermercado, en la cual su crítica se hizo más sutil e inteligente.

Las nuevas obras de este artista presentaban las imágenes de la gente común realizando tareas o teniendo actitudes propias de su vida cotidiana, con lo cual conseguía establecer un nuevo vínculo con el público observador basado en el discurso del espejo, en el cual la gente se veía reflejada tal cual era y permitía de esa manera cuestionar, siempre que fuese pertinente, los valores propios de la vida moderna. Para conseguir el máximo realismo elaboraba sus figuras con resina de poliéster sobre una estructura de fibra de vidrio y les agregaba pelo y vello natural, así como ropa y otros objetos reales, no figurados. Por lo mismo su argumentación artística se ubicaba a medio camino entre lo representativo y lo conceptual, con evidentes alusiones a la instalación, en donde vida, verdad y arte se conjugan.

Con gran aceptación del público y de la crítica, Hanson realizó innumerables exposiciones y sus obras se encuentran en las colecciones de los más importantes museos de arte contemporáneo. Falleció en su casa de Florida en 1996, dejando un gran vacío en el mundo del arte norteamericano e internacional.


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