A Toni Morrison, nacida en 1931, se le conoce sobre todo por su lírica fantasía novelística Beloved, 1987. No obstante,muchos críticos coinciden en señalar que su obra más importante hasta la fecha es La canción de Salomón (1977), novela que apunta a una crítica sutil de la tradición de Melville, Faulkner y Ellison. La novela nos aproxima hasta los barrios negros de Michigan, donde se hace latente un odio racial entre blancos y negros que es llevado siempre hasta las últimas consecuencias. En este ambiente hostil, desarrolla su vida junto a los demás la familia de Macon Muerto, un hombre orgulloso de haberse hecho a sí mismo y de haber sobrevivido a las más duras condiciones. Es el patriarca de toda una estirpe que gira en torno a él, hombre detestado en cierta manera por los suyos, y en torno a su hermana Pilatos, mujer misteriosa y respetada.
Lechero Muerto, el protagonista de la novela, busca la visibilidad: es una clara inversión del héroe de Ellison, con los beneficios y los inconvenientes de pertenecer a un libro aparecido un cuarto de siglo después que El hombre invisible. Morrison es una novelista de inmensa ambición que asume amplios riesgos artísticos. Lechero, prácticamente su álter ego, es de una audacia extraordinaria, y tan tenaz es en su búsqueda de la verdad familiar que, en términos pragmáticos, hay que considerarlo un fatalista.
El verdadero apellido de Lechero no es Muerto,sino Shalimar,que se pronuncia Shalimon o Salomón. La singular ironía visionaria de Morrison nos da un héroe que recupera su apellido verdadero al costo de nada menos que todo, incluida la vida. La parábola es muy poderosa: ¿cómo se puede ser uno mismo si no se llena el vacío de un nombre erróneo? Morrison tiene un don ominoso para la fantasía; el lector nunca sabe del todo en qué punto fantasía y realidad entran en conflicto en la historia de Lechero, que empieza con el suicida intento de vuelo de un vendedor de seguros negro la víspera del nacimiento de Lechero -a quien su madre da el pecho hasta los cuatro años, de ahí lo de “Lechero”. A los cuatro años, además, el niño aprende que volar sin ayuda es imposible y pierde todo interés en sí mismo. Reducido a una exasperada opacidad, Lechero soporta a sus insufribles padres: Macon Muerto, propietario de viviendas miserables, y Ruth, que está alienada.
Es justo decir del joven Lechero Muerto que combina la rapacidad del padre con el alienamiento de la madre. Emula a Hamlet, infligiendo a Hagar -su Ofelia- fríos desprecios que la llevan a la locura; como ella no logra decidirse a matar a Lechero, muere en su lugar. Tras un vano arranque por superar a su padre en codicia financiera, Lechero emprende otra búsqueda, que es el tema primordial de la novela. Marcha al Sur, a la ancestral Shalimar, donde una bruja pasmosamente vieja, Circe, le narra la verdadera historia de su familia.
Es pasmoso que Morrison pueda sostener su parábola simbólica con un realismo social de tal riqueza que lo fantástico parece apenas una versión más de lo cotidiano. Negándose a seguir adelante como Hombre Invisible, el Salomón redivivo aprende a rendirse al aire y cabalgar en él como hiciera su antepasado. Si la apoteosis de Lechero resulta persuasiva, es en virtud del puro ímpetu de Morrison y la seguridad con que maneja todas sus tradiciones. El tema principal de la novela de Morrison es el descubrimiento de los orígenes de una estirpe que se han ido empañando por una serie de causas que le son ajenas al protagonista, pero que se afana en averiguar. El tema secundario y latente a lo largo de toda la obra es el de la guerra racial.
Ligia Pérez de Pineda