Al cruzarse en nuestra mente estos dos verbos, no es nada infrecuente que nos tropecemos con normas *infligidas, derrotas *infringidas, heridas *inflingidas. Acaso pueda ponerse orden en este maremágnum, si atendemos a que la voz infligir presenta la misma raíz que afligir y que produce aflicción, pues alude siempre a golpes, castigos, humillación o derrota; en cuanto a infringir se relaciona con infracción, infractor, pertenecen a su familia léxica también voces como fractura, frágil, y alude siempre al quebrantamiento de normas, leyes, órdenes. Infringir ‘Quebrantar [una ley, un precepto o un acuerdo]’: «A usted, señor Juez, le podrá parecer que infrinjo las disposiciones legales, y yo estoy de acuerdo, pero no soy el único» «—Quedan detenidos. —De ninguna manera. No estamos infringiendo la ley» No debe confundirse con infligir (se) (‘causar (se) [un daño]’; como ocurre en este ejemplo: «En el séptimo asalto Oscar de la Hoya le infrigió otra herida en la frente»; debió decirse le infligió.
Infligir (se).
El hecho de que las infracciones sean origen de más de una aflicción no debe ser tenido en cuenta en una situación como esta, si no queremos infringir las normas lingüísticas.