Esta doctrina se refiere a la orden del presidente James Madison y la ley subsiguiente para evitar la transferencia de los territorios americanos de un poder europeo a otro a inicios del siglo XIX. Su propósito acaso fue evitar que los poderes europeos se intercambiaran los territorios americanos a su conveniencia o capricho. Fue el antecedente inmediato de “América para los americanos“, o lo que después se conocería como la Doctrina Monroe.
La invasión bonapartista de la península ibérica en 1808 tuvo hondas repercusiones en América. La corte de la corona portuguesa (la casa Braganza) prefirió trasladarse de Lisboa a Río de Janeiro, Brasil, antes que rendirse a los bonapartistas. Mientras que La Corona Española optó por lo contrario: abdicar en favor de José Bonaparte antes que trasladarse a algunas de sus posesiones en América. Estados Unidos consideró que dicha invasión podría resultar en que otro poder europeo tomara posesión de las provincias de España en América. Así que aprovecharon la oportunidad y tomaron posesión de Florida, hasta entonces bajo dominio de España.
El recién formado gobierno de Estados Unidos consideró que la crisis en la península ibérica podía ser aprovechada por los franceses u otro poder europeo para quedarse con sus posesiones en América. O bien que España, como medida desesperada, se las cediera o transfiera, como había hecho con Louisiana. Louisiana, ese vasto territorio al oeste del río Mississippi, había sido recientemente transferida entre Francia y España (1763) y viceversa (1803). Lo mismo podía suceder con Florida.
Estados Unidos quería evitar que las posesiones de España fueran transferidas a otro poder europeo, como el de Inglaterra, que se proyectaba como el más interesado en que esto sucediera. Gran Bretaña había tomado posesión de Florida dos veces en la segunda mitad del siglo XVIII. Estados Unidos argumentaba que el territorio de Louisiana, que compraron a los franceses en 1803, incluía Florida.
En octubre de 1810, el Presidente James Madison ordenó la anexión de Florida a los Estados Unidos. El Congreso estadounidense respaldó esa decisión en enero de 1811 con la ley de No Transferencia (que no fue hecha pública hasta 1818). Después de casi una década de protestas, España terminó cediendo dicho territorio a los Estados Unidos por medio del Tratado Adam-Onís en 1819. Esta ley de No Transferencia es el antecedente inmediato de la doctrina Monroe, que exploraremos próximamente.