Influjo del fauvismo en el arte del Siglo XX

Por Thelma Muratori de Wyld

ACORDES DE COLOR

Si se quieren considerar las características de las vanguardias artísticas como una desavenencia total, habría que examinar la postura tomada en esta opinión.  Comparándolas con los estilos anteriores ¿Es comprensible esta visión? Efectivamente, porque se oponen al pasado más reciente, a corrientes artísticas paralelas o coetáneas y a lo considerado como concepto de belleza, implican un desafío y llegan a considerarse hasta escandalosas. Lo primero es la ruptura, la fantasía, y la libertad, frente a la cultura del pasado.  Los cuadros de los fauvistas (primer vanguardia), son una manifestación desatada hacia la fantasía sin reglas; al apartarse de la experiencia juvenil del fauvismo, cada artista desarrollará una forma peculiar, dentro de la cual resurgirá como máximo exponente el futuro.

Los fauvistas son continuadores del cromatismo de los postimpresionistas, aplican los colores puros y en densas pinceladas extendidos en amplias zonas, para buscar contrastes entre los colores primarios y sus complementarios.  Con la yuxtaposición hay despreocupación para crear armonía. Lo que interesa es el plano de la tela, no el efecto de la profundidad.  Los contornos se indican con arabescos de grandes trazos negros, aplicados con mucha desenvoltura y fuerza en este arte decorativo.

Esta corriente tuvo importancia para la evolución de otros lenguajes plásticos; marcó una ruptura con la tradición, un alejamiento de la realidad, una franca rebeldía, enfatizada por el crítico Louis Vauxcelles “Donatello parmi les fauvez”¡ (Donatello entre las fieras¡)”. Estas palabras hacían alusión al contraste entre la armonía de líneas de una pequeña escultura de Marquet, que evocaba la de Donatello.  Las obras se presentaron en el Salón de Otoño de 1905 por un grupo de jóvenes desconocidos[1]. Fueron rechazados debido a la agresividad de los cuadros, por el uso del color, y la evasión hacia las reglas de claroscuro y la perspectiva, sin percatarse del aporte tan importante dado al arte, al exteriorizar las emociones.

[1] Historia del Arte, Siglo XX, Tomo VIII. Grupo Editorial Océano-Grupo Gallach. España 1999.

Influjos del Fauvismo

El fauvismo, es la primera corriente que rompe con la tradición y puede considerársele como una síntesis.  Matisse, el mayor de los iniciadores del fauvismo, incita a sus alumnos a no copiar obras de los artistas que estudiaban en el Museo del Louvre, sino a retener lo esencial de los maestros del pasado. No plasman la realidad tal cual es.  Al inicio se observa el divisionismo y gruesos empastes, aunque más adelante se vuelven pinceladas sueltas y vigorosas, y junto al uso de los colores primarios en contraste con los complementarios, es uno de los aspectos formales del fauvismo. El color es utilizado con autonomía respecto a la forma.  Es evidente el vitalismo y el dinamismo concedido al color, los cambios cromáticos producidos por la luz, nunca se tornan manchas oscuras o negras cargadas de tristeza.

Fueron varias las corrientes de la vanguardia histórica que desembocaron en creaciones no figurativas.  Una de las aspiraciones de los fauves a la realidad exterior.  La obra inicial de Matisse, que exploraba la belleza serena del color, influyó en la pintura abstracta practicada por otros pioneros de la vanguardia artística.  El arte abstracto denominado “neoplasticismo”, partiendo del fauvismo, utilizaba los colores puros y no los que resultan de combinaciones, conserva el divisionismo del cubismo.  La armonía del color, presentada con mucho rigor, rechaza la sensualidad de la pintura.

El arte fauvista, calificado como “suprematista”, hacia lo no objetivo, se desarrolló en Rusia y favoreció la experimentación con volúmenes reales, una derivación del cubismo.  Aunque al final tenga ausencia de color, me parece notar una delimitación de los mismos por la sistemática utilización del negro y el blanco.

¿Cómo llega el arte abstracto de Europa a América? Después de la II Guerra Mundial, el epicentro de la vanguardia se desplazó de París a Nueva York.  Surge el expresionismo abstracto, inspirado en el arte gestual y el movimiento zen, según el cual la energía emana de todo elemento no tradicional.  Aunque el motivo no sea prevalecer, el arte debe reflejar el presente dinámico en que vive el hombre.

El lanzar la pintura a distancia, es un medio de expresión de sentimientos, esto se logra con el dripping o pintura con chorros de color, pues establece un único diálogo entre la superficie de la tela y el movimiento del creador, que se desplaza alrededor. “El artista moderno trabaja con el espacio y el tiempo, y expresa sus sentimientos en lugar de ilustrar”[1].  “La técnica es sólo un medio de llegar a una declaración”[2](Jackson Pollock).