Ligia Pérez de Pineda
Se recomienda el uso de la minúscula inicial en la escritura de las titulaciones académicas, por ejemplo: licenciado Rodolfo Argueta.
Sobre el uso de la mayúscula en la escritura de las fórmulas de tratamiento señala la Ortografía de la lengua española (RAE y ASALE, 2010: 469-470): Las fórmulas de tratamiento son apelativos empleados para dirigirse o referirse a una persona, bien por mera cortesía, bien en función de su cargo, dignidad, jerarquía o titulación académica: usted, excelencia, majestad, monseñor, licenciado. Aunque en el pasado se han escrito habitualmente con mayúscula inicial por motivos de respeto, práctica que aún pervive en documentos oficiales y textos administrativos, todos ellos son adjetivos o nombres comunes, por lo que no hay razón lingüística para escribirlos con mayúscula. Así pues, deben hoy escribirse con minúscula inicial todos los tratamientos, tanto los que preceden siempre al nombre propio: don, doña, fray, sor, santo/ta, etc.; como los que pueden utilizarse sin él: usted, señor/ra, doctor/ra, licenciado/da, etc.
La escritura con mayúscula inicial solo es obligatoria en las abreviaturas de los tratamientos, que han quedado fosilizadas en esa forma: Dra., Lic., Ilmo., Sr., Ud.