Una marca de nacimiento, una señal congénita que une cuatro generaciones, será la clave para develar un terrible misterio que ha condicionado la historia familiar de cuatro generaciones. A través de los relatos de cuatro niños, desde la actualidad hasta el pasado, el lector accede a los recuerdos personales que entretejen estas vidas. La novela se inicia en California en 2004, con la voz de Sol, un niño brillante y mimado; continúa en 1982 con su padre Randall, que divide su infancia entre Nueva York y Haifa; prosigue con su abuela Sadie desde el Toronto de los años sesenta y culmina con la bisabuela Erra desde su hogar en Múnich en 1944.
En Marcas de nacimiento, Nancy Huston, desliza su pluma construyendo cuatro personajes de seis años de edad escritos en primera persona. Al hablar de estas marcas de nacimiento, la autora hace un paralelismo entre unas manchitas en la piel que se han heredado de alguno de los progenitores; de la misma manera que los hijos heredan las historias personales (conflictos) de sus padres.
El primer personaje es un niño superdotado y más narcisista de lo habitual que se cree hijo del sol y de google. Es un personaje actual tremendamente divertido que manipula como quiere a los padres.
Cuando llegue al segundo personaje, tendrá que aplazar la lectura debido al cambio de tono y estilo narrativo. De reírse a carcajadas con el primer personaje a ponerse triste. Es la infancia del padre del niño anterior, que es tremendamente depresivo, que siempre está pensando en la muerte y en la desaparición.
El tercer personaje es la madre obsesiva, insegura y culpabilizadora del niño depresivo. Que cuando era niña su marca de nacimiento era un demonio que le hablaba y estaba constantemente castigándola.
Y, por fin, en el cuarto personaje llegamos a una niña de seis años-madre de la anterior- que vive en tiempos de la guerra (1944). Desde aquí procede una gran marca que influirá en las futuras generaciones. Se descubre un secreto que no voy a revelar para invitarlos a la lectura. En esta última parte se ve claramente cómo la Historia influye en las historias particulares y cómo nuestra infancia determina nuestro comportamiento adulto.
La novela provoca un aluvión de sentimientos: ternura, estupor, alegría, tristeza, horror, pero sobre todo, la sensación final de que nunca, nunca, deben juzgarse los comportamientos ajenos a la ligera. Siempre hay un porqué, y el “porqué” de esta novela es todo un descubrimiento.
Nancy Huston nació en Calgary, Canadá, en 1953. Es autora de nueve novelas, entre las que se cuentan Instrumentos de las tinieblas y L’empreinte de l’ange y diversos ensayos. Ha ganado el Premio Goncourt des Lycéens, el Premio de Livre-Inter, el Premio Elle, el Governor General’s Award for Fiction in French y el Premio Femina. Nancy Huston escribe indistintamente en francés y en inglés y ella misma traduce sus obras a la otra lengua. Ha sido nombrada Oficial de la Orden de Canadá y Oficial de las Artes y las Letras de Francia. Ha sido designada doctora honoris causa en cuatro ocasiones, la más reciente por la Universidad de Lieja. Vive en París desde 1977.
Ligia Pérez de Pineda