«Siddhartha» es una novela alegórica escrita por Hermann Hesse tras la primera guerra mundial. Relata la vida de un hombre hindú llamado Siddhartha. La obra ha sido considerada por el autor como un «poema hindú» y también, como la expresión esencial de su forma de vida.
La novela presenta un registro muy original en el que se unifican elementos líricos y épicos, incluyendo narración y meditación, elevación de la más alta espiritualidad, y, al mismo tiempo, descarnada sensualidad.
El éxito manifiesto del libro llegó veinte años después su publicación y pisando los ecos resonantes del Premio Nobel conferido a Hesse en 1946. Fueron sobre todo los jóvenes, como en el caso de Demian, los que hicieron de la figura de Siddhartha un compendio de las inquietudes de los adolescentes, del ansia del encuentro con lo esencial de sí mismo, del orgullo del individuo enfrentado al mundo y a la historia.
La novela relata la búsqueda que realiza Siddhartha para alcanzar la sabiduría; constantemente en la novela se incide en la búsqueda de esta sabiduría como la Unidad. La novela de Hermann Hesse se encuentra redactada en tercera persona y nos muestra, introspectivamente, sus sentimientos a través de las diversas experiencias que forman su vida, hasta el momento en el que conoce a su maestro final que lo llevará a la perfección tan anhelada. La novela está inspirada en alguna medida en la vida y experiencias de Buda.
«Siddhartha» significa «aquel que alcanzó sus objetivos» o «todo deseo ha sido satisfecho». » El nombre del Budha, antes de su renunciación, era el Príncipe Siddhartha Gautama, luego el Buda Gautama. El personaje principal de Siddhartha en el libro no es la misma persona que el Buda, ya que en el libro se transforma en «Gotama»
El protagonista es Siddhartha, un hombre que desde muy joven se ha hecho muchas preguntas en la búsqueda de la ansiada sabiduría y del sentido escondido de la vida. No logra jamás sentirse satisfecho en este empeño. Solo logra conseguir cierta quietud hacia el final de la historia.
La novela se encuentra implícitamente instalada en un tiempo imaginario. Obviamente, los acontecimientos tienen lugar en la India milenaria. Hesse no se detiene en la descripción de los lugares en que se desenvuelve la historia, dando relevancia al discurso,esencialmente anímico, de las vidas de los seres que se mueven en ella. Con destinos que, en algunos casos, se recorren desde el inicio…
Fragmento escogido:
Siddharta había empezado a alimentar el descontento en su interior. Comenzó por comprender que el amor de su padre, el cariño de su madre, y también el afecto de su amigo, Govinda, no le harían feliz para toda la vida. No le satisfacía ni le bastaba. Había empezado a presentir que su venerable padre y los otros profesores, junto con los sabios brahmanes, ya le habían comunicado la parte más importante de su sabiduría. Adivinaba que ya habían henchido hasta la plétora el recipiente, y, sin embargo, el recipiente no se encontraba lleno (…) Los sacrificios y la invocación de los dioses eran excelentes… Pero, ¿lo eran todo? ¿Y qué sucedía con los dioses? ¿Acaso los dioses no eran unos seres creados como yo y como tú, súbditos del tiempo, pasajeros? ¿Tenía sentido, entonces, ofrecer sacrificios a los dioses? ¿Dónde vivía, dónde latía su corazón eterno? ¿Dónde sino en el propio yo, en nuestro interior, en lo indestructible que cada uno lleva dentro de sí? ¿Pero dónde se hallaba este yo, este interior, este último? No es carne ni es hueso, no es pensamiento ni conciencia: así lo enseñan los grandes sabios. Entonces, ¿dónde? ¿Dónde se encontraba? ¿Existía otro camino para llegar al yo, al atman…, un camino que valía la pena buscar?